
Publicado: 27 de Febrero de 2017
Realizar una sesión de bronceado artificial se ha convertido en algo tan corriente y habitual como ir al gimnasio o a la peluquería. Una práctica que aporta múltiples beneficios.
Se utiliza en el tratamiento de la psoriasis y el acné, siempre bajo las indicaciones del dermatólogo.
Mejora el estado de ánimo.
Mejora el reuma y la artritis.
Ayuda a fortalecer huesos y músculos, cosa que previene y mejora la osteoporosis.
Es imprescindible para que el cuerpo produzca vitamina D, fundamental en el metabolismo del calcio.
El tiempo de exposición está rigurosamente controlado.
Permite broncearte de forma rápida y cómoda.